HUGO DEL CARRIL
Hugo del Carril ha sido uno de los más grandes artistas argentino. Supo destacarse como cantor, actor, director y productor.
Nació en Buenos Aires, en la calle San Pedrito 256, el 30 de noviembre de 1912. Su nombre real era Piero Hugo Bruno Fontana, estudió la escuela primaria y cuatro años de secundario. Desde muy chico fue aficionado al canto, en su barrio y en serenatas. En 1927 realizó sus primares actuaciones públicas. Al año siguiente cantó por primera vez por radio: fue en Radio del Pueblo, donde también trabajaba como locutor. En sus primeras incursiones como cantor, utilizó distintos seudónimos: así se lo presentará como Oro Cáceres, Hugo Font, Hugo Caures, Carlos Cáceres, Hugo Rioboo y Pierrot hasta que adoptó el definitivo, Hugo del Carril, en 1933.
Nació en Buenos Aires, en la calle San Pedrito 256, el 30 de noviembre de 1912. Su nombre real era Piero Hugo Bruno Fontana, estudió la escuela primaria y cuatro años de secundario. Desde muy chico fue aficionado al canto, en su barrio y en serenatas. En 1927 realizó sus primares actuaciones públicas. Al año siguiente cantó por primera vez por radio: fue en Radio del Pueblo, donde también trabajaba como locutor. En sus primeras incursiones como cantor, utilizó distintos seudónimos: así se lo presentará como Oro Cáceres, Hugo Font, Hugo Caures, Carlos Cáceres, Hugo Rioboo y Pierrot hasta que adoptó el definitivo, Hugo del Carril, en 1933.
En este período, además de ser cantor solista, intervino en diversas orquestas, en el trío París y formando dúo con Roberto Acuña. En 1934, ya como solista, interviene en los programas de Radio La Nación, y al año siguiente realiza sus primeras grabaciones discográficas, como vocalista de la orquesta de Edgardo Donato. En 1936 cantará como solista en la flamante Radio el Mundo y comenzará a grabar discos ya como primera figura. De allí en más, su carrera será espectacular. En 1937 cantó en la película "Los muchachos de antes no usaban gomina", y participó como actor y cantor en "La vuelta de Rocha". Su labor se extendió por nuestro país y por diversos escenarios americanos y de España.
Luego de cubrir una de las páginas más brillantes del tango, Hugo del Carril murió el 13 de agosto de 1989. El 16 de enero de 1988 había sufrido un infarto del que nunca se recuperó totalmente. Hugo del Carril fue uno de los cantores más personales que dió el tango. Su estilo tan característico ha sido inconfundible. Increiblemente dotado, en sus primeros años tenía la voz de tres cantores. En sus últimos años, ya sin tanta voz, había suplido ese cambio con una acentuación de su modalidad tan expresiva, con ese arrastre gangoso de las palabras que le daba una gran fuerza emotiva a los tangos, y que le hizo ser admirado por todo el público tanguero .
En 1971 quien ésto escribe, tuvo la suerte de trabajar junto a Hugo en un espectáculo que se realizó con motivo de la Semana de Buenos Aires. Yo debía presentar a Hugo, Alba Solís y el Sexteto Tango en distintas plazas porteñas al aire libre. Y tuve la posibilidad de comprobar la gran popularidad que acompañaba al cantor. Hugo debía ingresar en auto a la plaza, llegando hasta el escenario sin salir del vehículo.
Un día, en La Boca, se comentaba que había mal ambiente entre el público. Hugo me dijo: "No se preocupe, déjeme a mí". Y salió cantando "Marechiare". La ovación fue enorme, y el éxito total. De esos días recuerdo a un gran artista y a un hombre inteligente y gentil. El cine fue otro de los medios en los que descolló Hugo del Carril.
Como cantor, dejó su voz y su estampa en infinidad de películas que se siguen viendo con agrado. Y además de cantar, fue un excelente actor, ya sea en la comedia o en el drama. Y además de todo ello, su interés por el cine lo llevó a convertirse en director, realizando varias de las mejores películas argentinas como: "Historia del 900" o "Las aguas bajan turbias".
Tanto fue el fervor de Hugo por el cine, que descuidó su carrera de cantor por la cinematografía. Pocos cantores tuvieron el éxito de Hugo, sin embargo siempre quería lograr algo más. Y no sólo el cine, sino innumerables temporadas teatrales, y giras por toda América y España.
Estuvo radicado en México entre 1945 y 1946, filmando tres películas, y en España entre 1950 y 1951, participando en "El negro que tenía el alma blanca". No podía estar ausente tan gran artista de las pantallas de televisión.
Actuó en infinidad de ocasiones en programas de diversos estilos. En 1973 fue director del Instituto Nacional del Cine, aunque por poco tiempo, y en 1986 fue proclamado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Luego de cubrir una de las páginas más brillantes del tango, Hugo del Carril murió el 13 de agosto de 1989. El 16 de enero de 1988 había sufrido un infarto del que nunca se recuperó totalmente. Hugo del Carril fue uno de los cantores más personales que dió el tango. Su estilo tan característico ha sido inconfundible. Increiblemente dotado, en sus primeros años tenía la voz de tres cantores. En sus últimos años, ya sin tanta voz, había suplido ese cambio con una acentuación de su modalidad tan expresiva, con ese arrastre gangoso de las palabras que le daba una gran fuerza emotiva a los tangos, y que le hizo ser admirado por todo el público tanguero .
En 1971 quien ésto escribe, tuvo la suerte de trabajar junto a Hugo en un espectáculo que se realizó con motivo de la Semana de Buenos Aires. Yo debía presentar a Hugo, Alba Solís y el Sexteto Tango en distintas plazas porteñas al aire libre. Y tuve la posibilidad de comprobar la gran popularidad que acompañaba al cantor. Hugo debía ingresar en auto a la plaza, llegando hasta el escenario sin salir del vehículo.
Un día, en La Boca, se comentaba que había mal ambiente entre el público. Hugo me dijo: "No se preocupe, déjeme a mí". Y salió cantando "Marechiare". La ovación fue enorme, y el éxito total. De esos días recuerdo a un gran artista y a un hombre inteligente y gentil. El cine fue otro de los medios en los que descolló Hugo del Carril.
Como cantor, dejó su voz y su estampa en infinidad de películas que se siguen viendo con agrado. Y además de cantar, fue un excelente actor, ya sea en la comedia o en el drama. Y además de todo ello, su interés por el cine lo llevó a convertirse en director, realizando varias de las mejores películas argentinas como: "Historia del 900" o "Las aguas bajan turbias".
Tanto fue el fervor de Hugo por el cine, que descuidó su carrera de cantor por la cinematografía. Pocos cantores tuvieron el éxito de Hugo, sin embargo siempre quería lograr algo más. Y no sólo el cine, sino innumerables temporadas teatrales, y giras por toda América y España.
Estuvo radicado en México entre 1945 y 1946, filmando tres películas, y en España entre 1950 y 1951, participando en "El negro que tenía el alma blanca". No podía estar ausente tan gran artista de las pantallas de televisión.
Actuó en infinidad de ocasiones en programas de diversos estilos. En 1973 fue director del Instituto Nacional del Cine, aunque por poco tiempo, y en 1986 fue proclamado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
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La identidad política de Hugo del Carril, que lo llevó a convertirse en la voz emblemática del peronismo, quizás le haya jugado una mala pasada histórica luego de 1955, cuando fue proscripto junto al movimiento al que pertenecía. En el mundo de la cultura, las huellas de la Revolución Libertadora y su obsesión antiperonista no fueron tan fáciles de borrar, y todavía hoy perduran. Los propios organizadores de la muestra, reconocen que “esta retrospectiva llega tarde. Hugo del Carril (1912-1989) se la merecía antes: ningún artista argentino reunió tantas condiciones excepcionales”.
Algunos de los hitos en la carrera de Hugo del Carril que pueden enumerarse son:
Fue el más importante cantante que tuvo el tango después de Gardel.
En el cine argentino destacó desde sus comienzos, de la mano del director Manuel Romero, no sólo como cantor sino también por transmitir una personalidad carismática y eminentemente cinematográfica. En poco tiempo llegó además a ser un actor dúctil y siempre verosímil.
Cuando se sintió preparado para hacerlo, resultó ser además un director extraordinario por su capacidad para expresarse en términos visuales, por la elección de sus temas, por su singular combinación de influencias románticas y expresionistas.
Fue un artista políticamente comprometido, modelo de honestidad y coherencia. Esa misma coherencia no sólo le valió décadas de proscripciones diversas, sino también la subestimación de la crítica. Recién en 1989 el libro Hugo del Carril; un hombre de nuestro cine, de Gustavo Cabrera, indicó sin reservas el carácter indispensable de la obra del realizador.
Fue un autor independiente prematuro: en pleno apogeo de los grandes estudios, Hugo del Carril produjo o coprodujo, con dinero propio, la mayor parte de sus quince películas.
Tras un trabajo de cuatro años, se verán en copias nuevas en 35 mm de sus películas más importantes, como La Quintrala, Las aguas bajan turbias y Surcos de sangre, entre otras. Estas son sólo algunas de las razones que hacen de este ciclo un evento imperdible en el año Se proyectarán films que lo tienen como protagonista, y otros en los que digirió.
Algunos de los hitos en la carrera de Hugo del Carril que pueden enumerarse son:
Fue el más importante cantante que tuvo el tango después de Gardel.
En el cine argentino destacó desde sus comienzos, de la mano del director Manuel Romero, no sólo como cantor sino también por transmitir una personalidad carismática y eminentemente cinematográfica. En poco tiempo llegó además a ser un actor dúctil y siempre verosímil.
Cuando se sintió preparado para hacerlo, resultó ser además un director extraordinario por su capacidad para expresarse en términos visuales, por la elección de sus temas, por su singular combinación de influencias románticas y expresionistas.
Fue un artista políticamente comprometido, modelo de honestidad y coherencia. Esa misma coherencia no sólo le valió décadas de proscripciones diversas, sino también la subestimación de la crítica. Recién en 1989 el libro Hugo del Carril; un hombre de nuestro cine, de Gustavo Cabrera, indicó sin reservas el carácter indispensable de la obra del realizador.
Fue un autor independiente prematuro: en pleno apogeo de los grandes estudios, Hugo del Carril produjo o coprodujo, con dinero propio, la mayor parte de sus quince películas.
Tras un trabajo de cuatro años, se verán en copias nuevas en 35 mm de sus películas más importantes, como La Quintrala, Las aguas bajan turbias y Surcos de sangre, entre otras. Estas son sólo algunas de las razones que hacen de este ciclo un evento imperdible en el año Se proyectarán films que lo tienen como protagonista, y otros en los que digirió.
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